Tengo el privilegio de representar un arte que es oficio, que es tradición y que es futuro, desde la perspectiva de más de 55 años captando imágenes y ayudando a guardar recuerdos, siendo parte de la memoria activa de nuestros clientes , de nuestros amigos...

Cuantas generaciones de logroñeses has desfilado  por nuestro estudio, con el guiño al recuerdo de su primera foto con nosotros.

 

 

Los años 60, un poco de historia

Cuando mi padre terminó sus estudios de fotografía en Madrid, buscó una ciudad lo suficientemente cerca de su Miranda de Ebro natal para montar su estudio, y visitó Logroño un San Bernabé de 1960.

Descubrió una ciudad amable y llena de vida gracias a que en aquella época tenía varios cuarteles militares y eso suponía que muchos soldados necesitaban fotos para enviar a sus familias y novias  presumiendo de sus flamantes uniformes, y en la calle General Franco, ( hoy Avenida de la Paz ) frente al cuartel de artillería abrió en septiembre del mismo año su estudio fotográfico. Por allí pasaron soldados ilusionados, modistillas  elegantes y parejas de novios buscando un recuerdo de boda y después de su primer hijo.

Los años pasaron y el cuartel desapareció, pero Logroño siguió creciendo y mi padre siguió siendo testigo de ello ….. fotos de las carrozas en San Mateo, reinas de las peñas, Primeras Comuniones , galas de academias de Baile…

Donde estaba el cuartel, se llenó de acontecimientos de los que fue testigo, la feria de la flor y la planta, la increíble visita del circo de Ángel Cristo.

Testigo en imágenes

Hasta que un buen día comenzaron las obras de lo que hoy es el Ayuntamiento de Logroño y si,allí enfrente seguía mi padre y su estudio, cambiando al mismo ritmo que Logroño pero sin perder su esencia … los dos a la par.

Ha sido testigo de el cambio de la ciudad, la recuperación de la calle Portales donde teníamos una vitrina en la que exponía fotos frente a la Catedral. Logroño se modernizó, cambió el nombre de la calle (hoy Avenida de la Paz), cambió la fotografía del blanco y negro al color. Pero el espíritu y las ganas continuaron, nos encanta pensar en las personas que gracias a nuestro trabajo guardan un recuerdo de sus vidas.

La tradición continua

Hoy, mi padre se ha jubilado y tengo el gran honor de seguir sus pasos y su buen hacer con la misma ilusión con la que empezó él y espero seguir en el mismo sitio que empezó, cambiando y evolucionando junto con Logroño y sus gentes.

Nuevas técnicas, nuevos enfoques, nuevos tiempos, con tal vez una nueva generación en puertas que prosiga esta aventura empresarial, que comenzó hace ya más de medio siglo.

 

Julia Martinez Cotelo​